Debo reconocerlo, me parece una denominación de lo más sexy.
Toda la vida llamándolo equipo de limpieza y no es más que un puñado de caracoles, cangrejos, erizos y gambas. Cualquier persona ajena a nuestro mundo de color y fantasía podría pensar en cualquier otra cosa menos eso…pequeños invertebrados, con poca gracia y belleza en la mayoría de los casos.
Pero esa no es la cuestión, en este artículo me gustaría analizar un poco este concepto, y tal vez arremeter contra alguno de los mitos que circulan desde hace mucho tiempo.
Las fórmulas. Lo siento pero debo decir que no estoy de acuerdo.
¿Por qué nos empeñamos en intentar cuantificar todas las cosas? ¿por qué una receta para todo? Cuántas veces he escuchado cosas como esta: “pues yo tengo una pantalla led que me proporciona dos vatios por cada litro de agua”, o “mete un caracol turbo por cada diez litros de agua y tendrás el acuario limpio de algas”.
Y luego te das cuenta de que a las pocas semanas no queda ni la tercera parte de aquellos caracoles que con tanta ilusión compraste, o que el acuario sigue tan sucio como lo estaba antes. Y te enfadas, y le echas la culpa a tu mala suerte, o al que te los vendió, o simplemente lo ignoras y como son baratos vuelves a comprarlos y repites la hazaña.
¿Y a dónde nos lleva esto? a la casilla de salida, y no avanzamos.
Debemos ser más críticos, tal vez lo que nos han contado desde hace tanto tiempo no funciona. Aquí viene el “aguafiestas”, y yo que creía que podría tener el acuario limpio…¿y quién dice que no? tan solo afirmo que llenarlo de estrellitas y caracoles puede que no sea el mejor camino.
Equilibrio y biodiversidad, la clave
La solución no es la cantidad, nunca lo fue y nunca lo será. Un caracol turbo se puede comer su peso en algas en menos de una semana, además arrasa con casi todos los tipos de “porquería”, incluyendo diatomeas, y algunos tipos de cianobacteria y dinoflagelados; mete un buen puñado en el acuario y observa su evolución. Muchos acabarán muriendo, a medida que se acaba su comida, se pudrirán, aumentará el COD (Carbono Orgánico Disuelto), los nitratos y los fosfatos, el agua se volverá a llenar de algas y otras porquerías, lo cual se comerán los caracoles que han sobrevivido y así sucesivamente hasta alcanzar un equilibrio.
¿Y por qué recorrer este largo y costoso camino cuando podemos hacerlo de una forma más directa y barata? Mi consejo es introducir una pequeña cantidad y esperar unos días, ellos irán comiendo y limpiando. Observa la tendencia y si ves que la suciedad (algas, cianobacteria, diatomeas, etc) va desapareciendo tal vez no necesites incorporar más caracoles de este tipo. A lo mejor, incluso tienes suerte y empiezan a reproducirse (muy habitual en algunas especies como los cerithium y nassarius cuando disponen de suficiente comida)
Desaparece casi toda la suciedad pero todavía quedan algunas algas de este tipo, o queda mucho biofilm en el cristal, o la arena acumula detritus. Tal vez sea un problema de diversidad, has introducido unos caracoles que limpian gran parte de la suciedad pero, pasa como con todo en esta vida: quien más quien menos está especializado en alguna cosa y no podrá hacer todas las funciones que se necesitan. En nuestro ejemplo habíamos metido unos pocos caracoles turbo, los cuales han dejado la roca limpia de algas, pero hay zonas donde sigue habiendo suciedad y la arena acumula mucho sedimento. Hora de meter otra especie, por ejemplo unos strombus para remover la arena o unos trochus para limpiar las grietas más profundas de la roca, aquellas a las que los caracoles turbo tenían vetado su acceso por su gran tamaño. Tal vez tengas un alga dura como un alambres y aunque apetecible para los caracoles, ellos no sean capaces de cortarla y tengas que recurrir a un erizo, o a un poderoso tectus…somos afortunados, la variedad es enorme.
Los que ensucian el escenario.
Bajo esta metáfora podríamos hablar de muchos de los organismos que tanto afean y perjudican nuestro acuario: algas, cianobacteria, dinoflagelados, planarias, nudibranquios y nuestra estrella particular: el detritus
Muchos de ellos ya los conocemos, aunque otros no tenemos el (dis)gusto. Todos ellos tienen algo en común: pueden convertir nuestro acuario en un yermo pozo negro, enfermo y sin vida (bueno, al menos la vida que queremos recrear).
Prestemos atención especial al detritus. Bajo este término designamos al conjunto de lodos y sedimentos, de distinta naturaleza que se acumulan sobre la arena, en las grietas de las rocas y en cualquier otro lugar donde la corriente no sea lo suficientemente fuerte para levantarlos. La mayor parte del detritus precipita pero hay una pequeña proporción que puede mantenerse permanentemente en el agua, en forma de partículas coloidales que confieren ese aspecto sucio al agua e impiden que llegue suficiente luz a los corales. El detritus puede contener materia orgánica e inorgánica en distintas proporciones, y esto tiene su parte positiva. Ronald Shimek afirmaba en varios de sus estudios que el detritus podría proporcionar sustento a una innumerable comunidad de pequeños invertebrados como nematodos y copépodos, tal es el caso que las heces de un copépodo liberadas en la superficie podrían ser procesadas por distintos organismos hasta en ocho ocasiones antes de tocar el fondo. Un ejemplo de la parte positiva de muchos detritus es que cuando limpiamos, por ejemplo el sump, una parte de ellos regresa a la columna de agua lo cual produce en muchos corales, en especial los SPS, una respuesta alimentaria (extienden sus pólipos para capturar la parte aprovechable de esta suspensión de detritus, principalmente nematodos, copépodos, dinoflagelados y por supuesto agregados de bacterias).
Y los que lo limpian.
La variedad es enorme, tenemos caracoles, cangrejos, erizos, estrellas, holoturias, gambas y muchos muchos peces.
Algunos limpian y otros van un poco más lejos…no todo lo que se nos ofrece en las tiendas es apropiado para nuestro querido acuario marino.
Sin entrar en mayor detalle, las famosas estrellas archaster que tan valoradas son para la limpieza de la arena podrían convertirse en uno de los peores enemigos del acuario: son carnívoras y hábiles depredadoras de copépodos, gusanos, anfípodos…son tan voraces que en pocos días pueden acabar con los beneficiosos invertebrados que pueblan las primeras capas del sustrato. De hecho, no conozco ninguna estrella que se útil como animal limpiador
Otro ejemplo son la mayoría de los cangrejos que se ofrecen. Cierto es que comen algas filamentosas, pero no sólo eso. Y si no prueba a meter algún calcinus que no tardarás en ver conchas de moluscos y gasterópodos vacías. Solo hay dos cangrejos que puedan resultar beneficiosos en lo que a limpieza de algas se refiere: los paguristes cardenati y los clibanarius tricolor. Los primeros con muchas precauciones y siempre observando su comportamiento, los segundos en pequeña cantidad porque son auténticas segadoras que no tardarán en pasar hambre. Respecto a los cangrejos, debo reconocer que no soy muy partidario; he leído en varias ocasiones que al cortar las algas filamentosas con sus pinzas pueden ayudar a que se propaguen ciertas especies (algo que no he podido contrastar). Además les gusta subirse a todo tipo de corales lo cual despierta una respuesta negativa en sus pólipos.
Algunos erizos pueden ser muy beneficiosos pero con el paso del tiempo convertirse en una amenaza. Tal es el caso de los diadema, que pueden alcanzar gran tamaño en poco tiempo y limitar el espacio de nado de nuestros peces con sus largas y afiladas púas, comerán tejido de algunos corales si les falta comida (y esto es algo que he observado en más de una ocasión). El tripneustes gratilla, una auténtica máquina de comer algas puede limpiar un acuario muy sucio en pocos días, romper alguna rama de montípora en su búsqueda desesperada de comida y acabar muriendo de hambre.
Las gambas, también con precaución: lysmatas amboinensis, debelius, wundermanni…pueden ayudarnos mucho desparasitando peces y corales pero un exceso de estos ágiles invertebrados puede ser contraproducente habida cuenta de
Dolabelas y cypreas son otros ejemplos de animales que pueden causar grandes beneficios y acabar siendo un problema.
Pero también tenemos “colaboradores” que nunca nos defraudarán. Aunque no olvidemos lo que hablábamos al principio y seamos prudentes con las cantidades a la hora de incluirlos en nuestra lista de la compra.
En este grupo tenemos un rey: los gasterópodos.
Incluyo también a las stomatellas, que aunque con su pequeño caparazón abierto, no lo parezcan también son caracoles. Grandes limpiadores, resistentes y respetuosos con los demás habitantes del acuario ¿por qué no se comercializan?, llevo años haciéndome esta pregunta.
Algunos comen de todo y otros están especializados en determinadas algas (y lo que no son algas). Veamos un breve resumen de los más conocidos:
Los turbos fluctuosus (México y Baja California) se hacen enormes a base de comer todo tipo de alga que su poderosa rádula pueda arrancar, estos gasterópodos tampoco harán ascos a otras “porquerías” como cianobacteria y dinoflagelados (incluso los que son tóxicos, y esta glotonería los puede llevar a la muerte). Los turbos brunneus (Indonesia) son algo más pequeños y también menos voraces pero igualmente harán un gran trabajo de limpieza aunque no comerán cianobacteria.
Los trochus, en especial los histrio. Son rápidos y ágiles caracoles casi tan voraces como los anteriores que limpiarán cada rincón de nuestro acuario. Los considero un animal delicado y al que no debe faltarle comida si no queremos que muera de hambre.
Caracoles nerite. Tienen un comportamiento similar a los anteriores pero son bastante menos voraces y muy vulnerables a ciertos medicamentos. No los considero una gran adición al acuario existiendo los trochus que son bastante más activos, pero puede ser una buena opción para acuarios pequeños con pocas algas. Recomiendo no adquirir los procedentes del Caribe ya que son mucho menos tolerantes a la subida de temperatura al llegar el verano.
Tectus. Un gran desconocido y un gran aliado si tenemos algas “difíciles”. Son muy caros, poco habituales en los comercios y crecen mucho más que cualquier otro caracol. Disponen de una boca armada con una poderosa rádula, casi tan fuerte como la de un erizo por lo que comerán algas tipo “alambre” si no hay otra cosa más apetecible en el menú. Como dato curioso presentan un comportamiento nocturno, mientras que la mayoría de los caracoles trabajarán indistintamente de noche y de día.
Cerithitum, un caracol habitual en fondos arenosos. No es muy rápido pero hace un gran trabajo limpiando cada centímetro cuadrado de arena; cuando empieza a faltarles comida no es extraño verles en la roca o cristales (también cuando van a reproducirse, lo cual es bastante habitual).
Strombus luhanus, labiatus y lentiginosus. Probablemente los caracoles más longevos del acuario, pueden vivir muchos años y son muy resistentes incluso a la falta de comida. Eficaces removiendo la arena y comiendo diatomeas y restos de comida; con su larga trompa llegan a las grietas más profundas. Los luhanus son los más habituales en el comercio y probablemente los más apropiados para cualquier tipo de acuario; los labiatus, algo más pequeños y “menos bonitos” tienen la particularidad de que no han perdido su capacidad para adherirse en superficies verticales y, aunque no es habitual, los he llegado a ver ascendiendo hasta la superficie de algunos acuarios. Los lentiginosus, raramente vistos en los comercios son considerablemente más grandes y también bonitos.
Nassarius vivex y babylonia. Grandes limpiadores de restos de comida y carroñeros, se entierran bajo el sustrato y son capaces de detectar la mínima traza de comida con una probóscide que usan a modo de periscopio olfativo. Tras detectar cualquier resto de comida o animal muerto no tardarán en acudir a dar buena cuenta de ello. Los babylonia son muy apreciados por su bello caparazón.
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Pusiostoma mendicaria, también conocidos como bumble-bee o caracoles abejorro. Al igual que los anteriores son carroñeros y con un gran sentido del “olfato”; la gran diferencia es que éstos no se entierran en el sustrato y suelen ser muy visibles sobre la roca.
Astraeas y margaritas. Lo único que puedo decir de estos caracoles es: no se te ocurra comprarlos, proceden de zonas subtropicales y requieren bajas temperaturas para poder sobrevivir. A diferencia de lo que opina la gente, no es la alta temperatura del verano lo que les mata (algunos los podemos encontrar en charcas intermareales en las que también se pasa calor), sino la falta de frío el resto del año, lo cual perjudica seriamente si ciclo vital.
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Sin entrar en más detalles, no podemos dejar de mencionar otro gran grupo de animales que desarrollan una inestimable labor limpiadora y deberíamos considerarlos como parte del equipo de limpieza. Cirujanos como los ctenochaetus, acanthuros y zebrasomas, así como muchos blenios (salarias, ecsenius, bleniellas…) mantendrán a raya la mayoría de las algas indeseables y pseudochelinus, halichoeres y muchos otros como desparasitadores de corales.
Este artículo pretende incitar a la reflexión, no se trata de ninguna guía sobre animales limpiadores del acuario. En el futuro abordaré con más profundidad algunos de los aspectos que aquí se han mencionado.
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