Adelante, no te quedes en la puerta.

Si te gusta el mundo marino y todo lo relacionado con los acuarios este es tu blog. Aquí podrás enterarte de las últimas noticias, aprender técnicas de conservación, beneficiarte de interesantes consejos y conocer aspectos relevantes y curiosos acerca de algunas de las las especies de mantenemos en nuestros acuarios.

También podrás descubrir algunos de los acuarios más fascinantes y ampliar tus conocimientos con las técnicas que utilizan sus propietarios para su mantenimiento.

Me llamo Pablo pero muchos me conocen como Monti, tal vez por la enorme colección de montíporas que tuve tiempo atrás. La verdad es que no lo sé ni yo, un día me registré en un foro, necesitaba un alias y ese es el que salió…y así hasta ahora. ¡Cuántos años han pasado!

Todavía recuerdo cómo empezó todo.Fue en el 1.988 y yo era un estudiante de dieciséis años que cada vez que regresaba del instituto se detenía a mirar los acuarios de una pequeña pajarería que había junto a mi casa. En aquellas fechas solo había acuarios tropicales de agua dulce, con los típicos guppys, mollys, corydoras, scalares y peces disco. Empecé con una pequeña urna de 40 litros y un filtro de mochila, media docena de vivíparos y alguna planta y grava de río; poco duró la alegría, necesitaba algo más y a las pocas semanas instalé otro acuario en mi pequeño dormitorio: un 90 litros. Creía que este iba a ser el definitivo, ¡pedazo de acuario! pensaba para mi y no tardé en abordar el apasionante mundo de los cíclidos, primero los sudamericanos y después los africanos…el pH seguía subiendo.

Mi afición iba en aumento y no conseguía saciar aquella “sed” de descubrir, experimentar, aprender. Al final acabé con cinco urnas en la habitación en la que dormía pero necesitaba más. Hace casi treinta años no existía el acceso a la información del que disfrutamos hoy en día, había una escasa y poco preparada comunidad de aficionados y los equipos y técnicas empleados eran bastante primitivos si lo comparamos con el panorama actual. Un buen día descubrí una pequeña tienda en mi ciudad natal en la que el propietario había montado un pequeño acuario marino. La descubrí por casualidad, en una calle escondida de un barrio alejado; no tendría más de 20 m2 y en su interior había solamente espacio para el propietario y no más de dos o tres clientes, de hecho y si la memoria no me falla, se trataba de un antiguo quiosco de prensa. La primera imagen se grabó en mi retina: era un pequeño acuario, estrecho, alto y alargado, de unos cien litros; en su interior una pequeña anémona radianthus de color marfil con puntas violetas y en su interior una pareja de ocellaris restregando sus aletas pélvicas junto a la boca del celentéreo.

ocellaris and heteractis

Me quedé fascinado.

No podía creer lo que veían mis ojos, aquella escena era absolutamente maravillosa: la riqueza de color, el suave ondular de los tentáculos de la anémona y esos dos peces escondiendo su cuerpo y dejando ver solamente una parte de su diminuta cabeza, entrando y saliendo, mordisqueando las puntas violetas, frotándose contra la anémona.

Aquel día cambió todo. No había pasado más de un año desde que instalase mi primer acuario tropical de agua dulce y decidí que era el momento de dar el gran salto: un acuario marino.

 

Y desde aquel lejano día, hasta hoy.

Un día en el que no existían ni las pantallas de leds, los HQI ni los fluorescentes T5,  en el que el único fabricante de skimmers era Sander y funcionaban con un compresor de aire y un difusor de madera, en el que se filtraba el agua colocando una placa de plástico bajo la arena y se usaba un carbón activo de pésima calidad.

Pero de eso ya hablaremos más adelante, que es un tema que da mucho de sí, ¿no crees?

 

Sed bienvenidos al blog.