Un equipo al que no se presta la suficiente atención.

Y sin embargo es uno de los más importantes.

Si queremos mantener con éxito corales duros, en especial los de pólipo corto también llamados SPS debemos tener muy presente el siguiente concepto: estabilidad.

¿Y qué es la estabilidad? Pues de entrada, algo de lo que no se habla mucho pero que es muy importante. Con frecuencia escucho a otros aficionados hablar de que el nivel de carbonatos de su acuario es muy bueno, o que el nivel de nitratos es muy bajo, que hace unos meses instalaron una iluminación tan potente que los peces salen a nadar con gafas de sol. Pero se les pasa algo por alto. Todas las semanas tienen que hacer ajustes en el reactor de calcio porque se les dispara o se quedan cortos, o hacen cambios de agua de una manera inapropiada…o no los hacen nunca, lo cual es peor. Y se preguntan por qué aquellas acroporas que un día tenían ese bello color ahora están amarronadas y sin brillo, o incluso se empiezan a morir. ¿Será que los parámetros no son lo suficientemente estables?

Pensemos en un arrecife de coral, uno de los ecosistemas menos evolucionados y primitivos (tal vez porque no ha habido necesidad) de nuestro planeta. ¿hay alguna característica ambiental que destaque? la respuesta es un SI contundente y yo lo denomino estabilidad a medio y largo plazo. Todos los días las mismas horas de luz (o casi), temperatura, salinidad, pH, nutrientes (que son en su mayor parte fito y zooplancton, a penas COD, NO3 o PO4) y…las estrellas del partido: el calcio y los carbonatos. Esto es algo que les gusta mucho a los corales por aquello de la evolución (vamos, que nunca les ha faltado ni sobrado y por eso no han desarrollado adaptaciones para compensarlo).

Hay numerosos experimentos y ejemplos de acuarios en los que los niveles de nutrientes e iluminación eran “lejanos a lo ideal” pero que manteniendo el calcio y los carbonatos estables mostraban preciosos corales, sanos y coloridos; por otro lado, también son muchos los ejemplos de acuarios con niveles de nutrientes “perfectos” y una iluminación top-noch pero que no conseguían la suficiente estabilidad en los niveles de calcio y carbonatos lo cual se traducía en corales poco sanos y con colores nada atractivos.

¿Por qué ha triunfado tanto el método “Balling”? Pues no será ni por precio ni por comodidad, me inclino a pensar que se debe a que la mayoría de los acuarios que lo implementan exhiben preciosos y sanos corales. De nuevo: una cuestión de estabilidad.

El calcio y el carbonato. Algo a tener en cuenta.

Hay que tener en cuenta que los reactores de calcio liberan iones de calcio y carbonatos (alcalinidad) en una proporción fija y constante (estequiométrica). Cuando se emplea CO2 para disolver el material seleccionado, ya sea aragonita, calcita, ARM o cualquier otra forma de carbonato cálcico, se liberan 10 ppm de Ca y 0,5 meq/l (1,4ºdkH), esta proporción invariable permite que no sea necesario medir más que uno de los dos parámetros (si sabemos que el carbonato ha subido una determinada cantidad, automáticamente sabremos lo que ha subido el calcio).

Si analizamos esta relación estequiométrica no tardaremos en entender por qué la alcalinidad es mucho más importante que el calcio. Sabemos que un coral puede vivir perfectamente en un nivel de calcio comprendido entre 380 y 450 ppm y un nivel de carbonatos comprendido entre 6,5ºdkH y …digamos 9ºdkH (ya sé que mucha gente mantiene la alcalinidad más alta y sus corales están felices, pero también sé que hay gente que se alimenta a base de hamburguesas y cerveza y sigue viva). Imaginemos un punto de partida típico: el agua del acuario presenta un nivel de Ca de 420 ppm y una alcalinidad de 7,5ºdkH. Metemos un montón de corales que empiezan a “comer” esta sopa de iones y  no aportamos nada de calcio ni carbonatos. En pocas horas el nivel de Ca y carbonatos empezará a descender, a 1 ppm de calcio le acompaña un descenso de 0,14ºdkH. Lentamente va bajando hasta que la alcalinidad se sale de rango y los corales empiezan a morir (un coral que no puede calcificar y crecer se muere, es así de simple). Fijémonos que solo hemos necesitado un descenso de 8 ppm de calcio para que la alcalinidad se salga del rango, al coral no le faltará calcio, pero al no tener suficiente nivel de carbonatos, el coral será incapaz de construir nuevas células a partir de carbonato cálcico y se morirá. Y lo mismo pasaría con el límite superior en el caso de que el reactor se “vuelva loco” y libere demasiados iones, siempre será la alcalinidad el primer parámetro en salirse del rango.

Resumiendo:

  • Ca y carbonatos se liberan (y consumen) en proporción estequiométrica.
  • El carbonato es el parámetro que primero se sale de rango

Por estos dos motivos a la hora de ajustar el reactor de calcio solo será necesario medir la alcalinidad.

 

Cómo ajustar el reactor de calcio sin morir en el intento.

No es algo que se haga en pocos minutos y requiere algo de paciencia, pero una vez que lo hayamos ajustado podemos pasar meses sin tener que hacer la mínima corrección, tan solo rellenar el medio que se vaya consumiendo y vigilar que no se acabe el CO2.

El ajuste se hace en dos fases:

Se ajusta la alcalinidad del efluente mediante el aporte de CO2

Según el medio mineral empleado será aconsejable fijar una consigna de pH distinta; por ejemplo la aragonita puede disolverse perfectamente con un pH de 6,7 mientras que otros medios como la dolomita (que también incorpora carbonato de magnesio) o el ARM requerirán un pH bastante más bajo. Fijando la consigna de pH actuamos sobre la velocidad a la que se disuelve el medio, pero no conviene empezar con valores muy bajos pues nos arriesgamos a enturbiar mucho el agua del reactor (lo cual hará que se acumule un barro muy abrasivo en el rotor de la bomba, acelerando notablemente du desgaste); es por tanto recomendable empezar con valores de pH algo más elevados e ir bajándolo hasta conseguir una respuesta en el tiempo adecuada.

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Da igual el medio mineral que elijamos, debemos intentar que el agua a la salida del reactor tenga una alcalinidad comprendida entre 30 y 40ºdkH. Como punto de partida ajustaremos el la válvula de CO2 para producir aporte de 1 gota por segundo. El medio mineral con el que hemos rellenado el reactor necesitará de al menos 24 horas para alcanzar un régimen estacionario que nos permita medir el valor de la alcalinidad a la salida del reactor, con cierta seguridad de que se mantendrá constante.

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Que nos hemos pasado de 40ºdkH, pues cerramos un poco la válvula de CO2 y volvemos a medir a las 12 horas, que nos hemos quedado por debajo de 30ºdkH, abrimos un poco más el gas, es muy sencillo. Es importante mantener la alcalinidad dentro de este rango si queremos optimizar el consumo de CO2 y no desperdiciarlo.

Se ajusta la alcalinidad del acuario mediante el aporte del efluente

Una vez tenemos el aporte de calcio y carbonatos constante y dentro del rango que nos interesa, llega el momento de ajustarlo. Esto es tan sencillo como fijar un goteo inicial (que suele ser de unas dos gotas por segundo) e ir midiendo la alcalinidad todos los días hasta tener un mínimo de tres valores iguales. A partir de este momento podemos considerar que nuestro reactor está ajustado pero no está de más hacer comprobaciones periódicas, al menos una vez a la semana.

Con el tiempo nos iremos confiando ya que si el reactor está bien ajustado y no se obstruye ningún elemento, el aporte de calcio y carbonatos será invariable. No obstante, si todo lo demás va bien, los corales (y la coralina) crecerán y aumentará el consumo, por lo que debemos seguir midiendo la alcalinidad con cierta periodicidad.

Yo suelo medirla una vez a la semana, justo antes de cada cambio de agua. Eso no impide que todas las noches observe la extensión de los pólipos de las milleporas (vale cualquier otro SPS), y si veo que se ha reducido ya sé que al día siguiente debo hacer un test de alcalinidad. Y probablemente tendré que ajustar el reactor de calcio…